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miércoles, 29 de agosto de 2012

Renacer



La revelacion de la verdad
 
La verdad que todo el mundo cree poseer o ser patron de ella no puede ser verdad.

Es la verdad que te posee y te reconoce como una parte integrante de su creacion.

La verdad es el sol,y su manifestacion la luz,que se manifiesta a buenos,medianos y mediocres.

Cuando esta luz que viene dada por el sol no es interpretada correctamente siguiendo los patrones de su voluntad de manifestarse,es cuando el individuo se "aisla" creando una particular verdad que forma grupos cerrados o,en su parte mas extrema un aislamiento total,echando la culpa a su destino o al propio creador de sus desgracias.

Es un engaño,en el que nos consideramos diferentes,incomprendidos o lo que es peor "poseedores de la verdad".

Es inevitable un rechazo,cuando la verdad que el individuo cree exluye a las demas piezas o no son utiles para el resto de su creacion.

Cuando una revelacion de aquellos que son servidores de la idea divina se produce,transciende a todos los individuos porque habla de toda la creacion,transciende al sentimiento comun de crecimiento,de amor,de justicia y de conceptos elevados en el que todos estamos inmersos y estos conocimientos pertenecen a todos y los abarca,aun en aquellos que se obstinan en no realizarlos.

Este ha sido y es el error de la humanidad.El no buscar aquellas leyes comunes,reales para todos,con el maximo respeto de la forma manifestada en cada individuo que forma parte tan solo de un
esquema temporal,transitorio,para la funcion en el entorno en el que se mueve.

Amar al projimo como a si mismo,no se trata de unas palabras superficiales,obligadas en nuestra mente,se trata de la conviccion exacta y consciente,de aquella luz que todos llevamos,como si de un solo miembro se tratara.

Esta consciencia ha sido reconocida en seres que nos han visitado,que mostraban en la palabra la armonia para todos los seres vivientes que engrandecian tu pequeñez y empequeñecian su grandeza,para que todo se fundiese en una armonia sublime.

El "yo soy" se ha sustituido por el "somos" y el "somos" se ha sustituido a la eterna union con el "todo", perdiendonos en conjeturas que nos alejan cada vez mas en la realidad de esta union.

Se ha buscado mas la union en la idea,en el dogma, en lemas repetitivos,en las cosas pasajeras en un intento de conseguir esta realidad en un razonamiento comodo,consiguiendo la cristalizacion y la muerte del espiritu deseoso de volar hacia nuevas metas,con nuevos coloridos y formas.

Ha sido el miedo de abandonar un esquema,un dogma,el miedo a volverse "loco" y aislado por no pertenecer a ninguna corriente transitoria lo que ha impedido ver la luz real,limpia,del espiritu.

Los profetas,los grandes maestros,eran llevados a menudo al "desierto" para que olvidasen todo esquema mental y preparar al "cuenco" vacio para proyectar en ellos la idea divina.

"Morir" continuamente y "renacer" continuamente es necesario cuando la mente ofusca y "ensucia" la luz que se quiere manifestar en nosotros y la reduce a una proyeccion mental erronea.

La idea divina,es compatible con cualquier movimiento transitorio,reconociendolo pero sin quedarse en la idea fija que nos mantendria estaticos.

La realizacion es la capacidad de amoldar los proyectos divinos experimentativos,sin quedarse atrapados por ellos en los mundos materiales.

Ha sido una tarea dificil para aquellos maestros transmitir esto,ya que los que los han oido,se han quedado con sus gestos,con sus palabras,con sus acciones,que podian ser cambiantes,dependiendo siempre de la accion de los individuos,del entorno y del esquema mental de aquel que les escuchaba.

Asi han surgido los lemas,los dogmas,la interpretacion de algo que iba mas alla de los sentidos,que es la armonia del ser que lo estaba transmitiendo.

Estos maestros han intentado recordarnos siempre esta fuerza que llevamos todos en nuestro interior latente y han intentado tambien hacernos ver que la materia es solo un plano manifestativo cambiante y que debe obedecer siempre al querer superior y que es y debe ser siempre perfectamente obediente y equilibrado a las leyes del espiritu.

La mente solo debe de ser un proyector exacto y limpio de nuestro interior a nuestro exterior .

La mente debe de actuar tambien de proyector directo desde nuestro exterior a nuestro interior sin permitir que nuestro cerebro opine o distorsione esta vision que solo el espiritu debe catalogar.

El cerebro tan solo es el depositario de ciertos recuerdos temporales y que debe de ser util para ejecutar ciertas tareas repetitivas y que debe de ser continuamente actualizado.

Si el cerebro no es utilizado como es debido se vuelve "caotico" ,no focaliza como es debido los impulsos que brotan de nuestra esencia y es inevitable las enfermedades mentales,la violencia y todas aquellas disociaciones y distorsiones que de esto derivan.

Decir la verdad no es tan dificil porque solo se trata de hacer fluir nuestro espiritu real.

La mentira es mas costosa,porque pone en funcionamiento una serie de partes del cerebro y baraja datos para "vestir" aquella realidad que nos gustaria dar forma para adecuarse a una realidad engañosa de nuestra base de datos transitoria.

Lemas como "no cambiare nunca" "lo tengo muy claro" y muchisimos otros cuando marcan un razonamiento vicioso puramente mental es el indicio de la nueva trampa de la estaticidad.

El equilibrio solo se consigue cuando se reconoce y se acepta la "bipolaridad" de los mundos materiales y la importancia de quien es el "jinete eterno" ,aquel que se da muerte en la materia una y otra vez para mostrar el camino en infinitas formas y colores.

Es en este tiempo que la gran informacion que nos rodea y tambien la gran contrainformacion ofusca la mente hasta tal punto que hasta una persona,un hecho,una noticia es ya catalogada incluso sin haberla visto,ni conocerla,creando una proyeccion mental erronea.

La verdad y todas aquellas revelaciones que derivan de ella solo seran reveladas a todos aquellos que sean capaces de seguir limpiamente los dictados del espiritu,entrando en sintonia con el creador y su creacion y las leyes de su devenir eterno.

Socrates